Mitos vs Realidad de la Postura: Lo que Crees Saber y lo que Dice la Ciencia

mitos sobre la postura

La postura corporal ha sido un tema recurrente en conversaciones sobre salud y bienestar. Desde la infancia, nos han repetido frases como «siéntate derecho» o «no encorves la espalda», asociando la buena postura con disciplina y salud. Sin embargo, muchos de los consejos populares sobre la salud postural están basados en mitos que no siempre coinciden con lo que realmente dice la evidencia científica.

Desde nuestro centro de fisioterapia, desmontaremos algunos de los mitos más comunes sobre la postura y aclararemos qué nos dice la ciencia actual sobre cómo cuidar nuestro cuerpo de forma efectiva.

Mitos postura: los más comunes y lo que dice la ciencia

❌ Mito 1: «Existe una postura perfecta»

Realidad: No hay una única «postura ideal». El cuerpo humano está diseñado para el movimiento, no para quedarse estático en una posición todo el día.

Durante años se ha promovido la idea de que existe una posición ideal para sentarse o pararse. Pero estudios recientes muestran que mantener una postura «perfecta» durante muchas horas puede ser tan perjudicial como encorvarse. La clave no es encontrar la postura perfecta, sino variar frecuentemente la posición. Cambiar de postura, estirarse y moverse regularmente ayuda a reducir la fatiga muscular y mejora la circulación.

😣 Mito 2: «Una mala postura causa dolor de espalda»

Realidad: La relación entre postura y dolor de espalda es más compleja de lo que se piensa.

Si bien posturas prolongadas pueden contribuir al malestar, no hay una postura universalmente “incorrecta” que cause dolor por sí sola. La ciencia ha encontrado que el dolor de espalda está influenciado por múltiples factores, incluyendo el estrés, el sueño, el nivel de actividad física y la salud mental. Algunas personas tienen posturas consideradas “malas” y nunca experimentan dolor, mientras que otras con posturas “buenas” sí lo sufren.

🪑 Mito 3: «Debes mantener la espalda recta todo el tiempo»

Realidad: Forzar una postura rígida puede causar más daño que beneficio.

Intentar mantener la espalda perfectamente recta puede crear tensión innecesaria en los músculos y disminuir la movilidad natural de la columna. La columna tiene curvas naturales por una razón, y lo saludable es mantener esas curvas sin exagerarlas ni eliminarlas. Una postura funcional es aquella que permite moverse con comodidad y eficiencia, no la que parece más “recta” visualmente.

👥 Mito 4: «La postura correcta es igual para todos»

Realidad: Cada cuerpo es diferente y no existe un modelo único de buena postura.

Factores como la anatomía individual, el historial de lesiones y los niveles de actividad física hacen que la postura óptima varíe de persona a persona. La recomendación actual es adaptar las posiciones a las necesidades y capacidades de cada individuo, en lugar de imponer un estándar generalizado.

🎯 Mito 5: «El uso de correctores posturales mejora la postura»

Realidad: Los correctores posturales pueden generar dependencia y debilitar los músculos posturales.

Aunque estos dispositivos pueden ser útiles temporalmente para generar conciencia postural, su uso prolongado puede reducir la activación de los músculos necesarios para mantener la postura de forma natural. En lugar de depender de dispositivos, lo ideal es trabajar en fortalecer el core, mejorar la movilidad y adoptar hábitos de movimiento saludables.

Lo que realmente importa: el movimiento y la conciencia corporal

Más allá de seguir reglas rígidas sobre cómo debemos sentarnos o pararnos, lo que realmente importa es escuchar al cuerpo, moverse con frecuencia y mantener una buena condición física general. La evidencia sugiere que quienes hacen ejercicio regularmente, especialmente fortalecimiento y movilidad, tienen menos riesgo de sufrir dolores relacionados con la postura.

Conclusión

La salud postural no depende de mantener una posición estática o seguir reglas anticuadas. En cambio, se trata de mantener un estilo de vida activo, aprender a moverse con eficiencia y adaptar nuestra postura a nuestras necesidades reales. Desmontar estos mitos no solo alivia la culpa innecesaria que muchos sienten por “no sentarse bien”, sino que también nos permite enfocarnos en lo que realmente funciona para nuestra salud.

La próxima vez que alguien te diga que tienes que “enderezarte” o “caminar más recto”, recuerda que tu cuerpo necesita moverse, no inmovilizarse en la “postura perfecta”. La ciencia lo confirma: más movimiento, menos rigidez y más conciencia corporal es el camino hacia una espalda saludable.